Me parece lo más lógico del mundo que me devolvieras las llaves aquella vez, me queda claro que ya no quieres volver a mi casa, a ver si esta vez se me quita la estupidez de encima.
Yo, desde luego, no quiero verme y aguantarme así que, por que tendrias que hacerlo tu?.
Pero, por otra parte, cuando pienso que todas las noches llego a mi casa y no estás, los ojos se me aprietan, y la garganta se me hace un nudo.
Sé que este no es un medio ni manera de decir las cosas, pero al menos me ayuda a tomarme mi tiempo para decir cada cosa, a respirar un poco.
Contigo delante sólo puedo quedarme callada, avergonzada de mi estupidez, incapaz de decir nada.
Así que, otra vez más, lo siento.
Ojalá hubieras querido retenerme junto a ti para siempre.
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