Soy Mara.
Unica habitante de la Estación Esperanza, la última desterrada de las estrellas por infames burócratas, abandonada a mi destino en un cielo sin dioses.
A veces imagino que soy astronauta de un país pequeño pero muy ambicioso, muy pobre y de recursos precarios
A veces imagino tambien, que soy un bombero, no tan pobre como el astronauta, con bastantes recursos, pero sin la capacidad de pensar, acudiendo a accidentes que aumentan el prestigio internacional, de la compañia a la cual pertenezco...
nadie la puede ver, nadie puede ver los materiales que tengo, nadie puede saber el entrenamiento que recibimos los elegidos, no lo practicamos para que nadie los vea, estan ocultos, estan ocultos hasta de su existencia, de su propia capacidad...
Y a veces imagino que ocurre algun desastre.
El accidente en la lanzadera del cohete que me llevaria a otra estacion...
mato al resto de los habitantes y me dejo varada en Esperanza.
Mi pequeña patria, sin presupuesto para misiones de rescate, sin presupuesto para bomberos de elite, sin presupuesto para astronautas ambiciosos, sin presupuesto para nada, prefirió dejarme así, perdida e ignorada en medio del vacío.
A solas, como Adán sin Eva sin Edén, sin Nada.
Durante quién sabe cuanto tiempo, Esperanza se convirtió en toda mi realidad, y aunque había dejado muchas cosas esperándome en casa, no me fue difícil olvidar.
A veces creo que esto es ridiculo,
¿cómo convencerte de mi existencia?
Esta nota póstuma demuestra que estoy, estuve o pude haber estado allí donde una vez creíste ver una estrella
Mara murió ayer.
Cuando la órbita de la estación Esperanza comenzó a caer se lanzó a través del ducto de aire a esa absoluta ausencia exterior.
Si, yo morí una y otra vez, pues aunque mi cobardía me impidió seguir ...
¿cómo podría estar viva en vez de muerta no habiendo nadie para apreciar la diferencia?
Antes de que la atmósfera de tu mundo destruya el que ha sido mi hogar, lanzare este mensaje cual botella de naufrago para que sepas qué era aquella estrella fugaz que tal vez veras caer esta noche.
No encontraras mis restos, seré polvo antes de tocar el suelo.
Quizás la brisa me esparza por el aire, quizas me lleve hasta mi antigua casa, o quizas hasta mi pequeña patria, o quizas hasta tu ventana.
¿Me reconoceras cuando las cenizas de lo que fui acaricien tu rostro?
¿Oiras al viento susurrar mi nombre?
Si así fuera, mientele.
Dile que el frio espacio no enfrió mi alma,
Que el vacío del espacio no ahuecó mi cuerpo.
Que el exilio celeste al que me condenaron no me alejó de las raíces que hoy planté a tus pies, aún cuando nada de esto sea eterno...
Recuerdame.
Soy Mara
Unica habitante de la Estación Esperanza, la última desterrada de las estrellas por infames burócratas, abandonada a mi destino en un cielo sin dioses...
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