24/5/09
Sigue mintiendo
No es lo mismo pero no me canso, aun quiero que me abrazes y me digas que todo estara bien.
22/5/09
Nauseas matutinas
A veces me da asco tu egoismo, pero mas asco me doy yo, al no querer alejarme de ti ...
ORACIÓN AL CADÁVER DESCONOCIDO
Al curvarte con la lámina rígida de tú bisturí sobre el cadáver desconocido,
recuérdate que este cuerpo ha nacido del amor de dos almas; ha crecido mecido por la fe y esperanza de aquella que en su seno lo agasajó, sonrió y soñó los mismos sueños de los niños y de los jóvenes; por cierto amó y fue amado y sintió la falta de los que se fueron, soñó con un mañana feliz y ahora yace en el ladrillo frío, sin que por él hubiesen derramado una lágrima siquiera, sin que tuviera una única oración. Su nombre solo Dios lo sabe; pero el destino inexorable le dio el poder y la grandeza de servir a la humanidad que por él pasó indiferente.“
Karl Rokitansky(1876)
10/5/09
Confesion
El : Ave María Purísima.-
Yo : Sin pecado concebida.-
Yo : Perdóneme, padre, porque he pecado.
El : Cual es tu pecado hija mia
Yo : Este es mi pecado padre, maté a un hombre.
(Solo vi el resplandor y oi el ensordecedor ruido ...)
zapatillas azules en Manuel Montt
no entiendo por que se molestan conmigo, vine a penas me llamaron...deje de tomar desayuno me subi en la parte de atras y nos vinimos a toda velocidad olvidando por un momento todo el resto, bajamos corriendo por las escaleras, vemos el vagon detenido, la gente mueve los brazos...
Quiero llegar, quiero llegar a tiempo... quiero escuchar tu nombre, saber de ti, que estabas haciendo y para donde ibas, solo veo tus zapatillas azules...bajo el vagon.
Incendio
Todo lo que había aprendido de los mas antiguos tenía que ser puesto a prueba ahora; mi concentración debía funcionar al tope; cada técnica estudiada hasta el cansancio, repetida una y mil veces y repetida otra vez hasta llegar a convertirse en parte de mi torrente sanguíneo, debía aflorar ahora y cubrirme como una coraza; aislarme, preservarlme por sobre todas las cosas y hacer que mi cuerpo funcionase como un mecanismo de reloj, exacto y seguro.
Todo esto, claro, si quiero sobrevivir.
Habían dado la alarma hace diez minutos, mucho antes que las satanicas lenguas alcanzaran los árboles. Tenia muy claro que aquello no me serviría de mucho, pero todo ese tiempo y los refuerzos que han llegado, me han regalado unos minutos mas de vida y debo aprovecharlos.
En muy corto tiempo tendría aquellas lenguas pegadas en mi espalda, podría sentir su aliento húmedo y apestoso rozándome la nuca, pero aun asi confio en mis piernas, creo en la velocidad innata de aquellos que combaten desde afuera y por sobre todo en mi voluntad de salvarte.
Lo que más me repugna y no alcanzo a olvidar, son tantos ojos mirándome a la misma vez, todos en una sola cara,…. y el color de sus lenguas,…nunca me gustó el amarillo.
Los Bomberos
A veces se quedaba absorto por un instante, y luego decía: “Mañana va a llover”. Y llovía.
Otras veces se rascaba la nuca y anunciaba: “El martes saldrá el 57 a la cabeza”.
Y el martes salía el 57 a la cabeza. Entre sus amigos gozaba de una admiración sin límites. Algunos de ellos recuerdan el más famoso de sus aciertos.
Caminaban con él frente a la universidad, cuando de pronto el aire matutino fue atravesado por el sonido y la furia de los bomberos.
Olegario sonrió de modo casi imperceptible y dijo: “Es posible que mi casa se esté quemando” Llamaron a un taxi y encargaron al chofer que siguiera de cerca de los bomberos. Éstos tomaron por Rivera, y Olegario dijo: “Es casi seguro que mi casa se esté quemando”.
Los amigos guardaron un respetuoso y afable silencio; tanto lo admiraban. Los bomberos siguieron por Pereyra y la nerviosidad llegó a su colmo.
Cuando doblaron por la calle en que vivía Olegario, los amigos se pusieron tensos de expectativa. Por fin, frente mismo a la llameante casa de Olegario, el carro de bomberos se detuvo y los hombres comenzaron rápida y serenamente los preparativos de rigor.
De vez en cuando desde las ventanas de la planta alta, alguna astilla volaba por los aires.
Con toda parsimonia Olegario bajó del taxi.
Se acomodó el nudo de la corbata y luego con un aire de humilde vencedor, se aprestó a recibir las felicitaciones y los abrazos de sus buenos amigos.
[Mario Benedetti]